En el desfile militar celebrado el 3 de septiembre de 2015, para conmemorar el 70 aniversario de la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Mundial Antifascista, una amplia gama de armas y equipos avanzados exhibidos utilizaron extensivamente materiales compuestos de alto rendimiento, que juegan un papel clave en la mejora del rendimiento del armamento moderno.
Específicamente, los materiales compuestos sirvieron funciones centrales en los siguientes equipos:
En primer lugar, en equipos de vanguardia como los misiles hipersónicos (por ejemplo, el DF-17), las secciones de ojivas emplearon compuestos de carbono-carbono y compuestos de resina de alta temperatura. Estos materiales pueden soportar temperaturas extremas de varios miles de grados Celsius generadas durante la reentrada atmosférica, protegiendo eficazmente el equipo interno y asegurando la estabilidad estructural y la capacidad de penetración terminal del vehículo.
En segundo lugar, los aviones de combate de nueva generación y los vehículos aéreos no tripulados (por ejemplo, el J-20) presentados en el desfile utilizaron ampliamente compuestos de fibra de carbono. Este material reduce significativamente el peso total manteniendo la resistencia de la estructura, mejorando así en gran medida la maniobrabilidad, la resistencia y el rendimiento sigiloso de la aeronave.
Además, los nuevos tanques de batalla principales y los vehículos blindados (por ejemplo, el tanque de batalla principal Tipo 99A) también se beneficiaron de los materiales compuestos. Aplicaron ampliamente blindaje compuesto de aleación de aluminio-magnesio y fibra de polietileno de peso molecular ultra alto (UHMWPE), que mejoran los niveles de protección, defendiendo eficazmente contra proyectiles perforantes y de alto explosivo, al tiempo que logran con éxito el aligeramiento del equipo y abordan los cuellos de botella de movilidad en equipos pesados.
Además, el equipo personal también depende de los materiales compuestos. Los sistemas de protección personal (por ejemplo, chalecos antibalas y cascos) utilizan comúnmente fibra de aramida y fibra de polietileno de peso molecular ultra alto. Estos proporcionan a los soldados una excelente protección contra fragmentos y balas, siendo mucho más ligeros que el acero tradicional, lo que reduce significativamente la carga del soldado individual.
Finalmente, los materiales compuestos son igualmente indispensables en la tecnología sigilosa. Las superficies de algunos barcos y aviones sigilosos están recubiertas con recubrimientos especiales que absorben las ondas y compuestos transparentes a las ondas, que absorben o dispersan eficazmente las ondas de radar, reduciendo significativamente la sección transversal de radar de las armas y logrando así un efecto de "sigilo".
En resumen, los materiales compuestos se utilizan ampliamente en el armamento moderno debido a sus características de aligeramiento, alta resistencia, resistencia a altas temperaturas, resistencia a la corrosión y excelentes propiedades de sigilo. Su aplicación ha mejorado en gran medida la movilidad, la capacidad de supervivencia, la letalidad y las capacidades de penetración de las armas, sirviendo como una base material crucial que apoya la modernización de la defensa nacional y los avances en la tecnología de equipos.